Una vida compartiendo el amor de Dios con los más desvalidos





Rosa Oyarce recibió la Cruz del Apóstol Santiago

El pasado domingo 24 de julio 2022, en la Catedral Metropolitana repleta de feligreses, y con la imagen del Apóstol Santiago presidiendo desde un costado del altar mayor. Se vivió solemnemente esta importante fiesta patronal para nuestra arquidiócesis y ciudad.

La Santa Misa fue celebrada por el cardenal Celestino Aós, y cómo es ya tradición, fue la instancia para condecorar con la Cruz del Apóstol Santiago a fieles y consagrados que se han ofrecido y entregado de manera destacada al trabajo pastoral de la arquidiócesis de Santiago de Chile.

Entre las condecoradas de este 2022 se encuentra Rosa Emilia Oyarce González, esposa, madre y abuela. Pero también catequista, que ha destacado particularmente por su labor en la catequesis para personas con discapacidad.

Rosa Oyarce nos cuenta que su hija tiene Síndrome Antifosfolípido, pero a pesar del desalentador diagnóstico inicial, los accidentes vasculares no afectaron lo cognitivo, permitiéndole egresar de 4.º medio, ganar una beca en la Teletón y estudiar Programación en Computación en la USACH. Es en este punto que Rosa siente el llamado a conocer a ese Dios de amor, de perdón y misericordia, y darlo a conocer. Para ello comienza un camino de formación en catequesis que la condujo a recibir hoy -de manos del Arzobispo de Santiago- La Cruz del Apóstol Santiago.

 

¿Esperabas recibir este reconocimiento?

Para ser sincera, ni en el más remoto de mis sueños. Lamentablemente, tengo que confesar que no lo conocía, no sabía que existía. Cuando mi párroco Fernando Ibañez, me llamó para comunicármelo, pensé que se había equivocado de persona.

Para mí esto es solo la misericordia y el amor del Señor. Pero lo más importante, lo más emocionante, fue sentirme acompañada por mi familia, amigos y en forma especial por mi comunidad de Corpus Christi, quienes con su amor llegaron con pancartas, me sentí tan amada, que las lágrimas brotaban por mis ojos.

En el Altar pude hacer memoria agradecida de mis formadores, de los catequistas, de todos los que están y de los que ya han partido al encuentro del Padre.

 

¿Cuál ha sido la trayectoria de tu apostolado hasta este punto?

Entré al Instituto de Catequesis por varios años, donde me enriquecí en lo pastoral y teológico, y conocí la verdadera comunidad y posteriormente al Hogar Catequístico. Participé de varios cursos, porque cada vez quería conocer más a ese Señor que amo y que me ama incondicionalmente.

Mis primeros pasos en la catequesis fueron en la Capilla de la Medalla Milagrosa del Obispado Castrense, donde fui Coordinadora de Comunidad. Más adelante, fui invitada por la encargada de catequesis de la zona oeste -Hna. Maria Olivia Videla- a participar del equipo como catequista de parroquia y formadora de la zona oeste.

En los últimos años, he colaborado en el Equipo Arquidiocesano de Catequesis, como Representante Zonal y he entregado formación a catequistas de la arquidiócesis en algunos encuentros, además fui expositora en el Encuentro Arquidiocesano de Catequistas para personas con discapacidad.

Actualmente, presto mis servicios en la Parroquia Santa Isabel de Hungría, comunidad de Corpus Christi, donde soy catequista de Catequesis de Iniciación Cristiana de Adultos, acompaño también a una persona en situación de discapacidad -que me ha hecho sentir aún más el amor de Dios- y Coordinadora de Liturgia.

Aparte de mi trabajo pastoral, porque tengo claro que una fe sin obras es en vano. En pandemia, Dios me dio el regalo de poder socorrer durante todo el período más duro, a quienes estaban solos, adultos mayores, migrantes, etc., nunca dejé de hacerlo, la mercadería, vestuario y todo lo que se necesitaba llegaba a mi casa y era distribuido en conjunto con la Pastoral Social de Corpus Christi.

 

¿Qué significó para ti recibir la Cruz del apóstol Santiago?

Para mí, este es un reconocimiento a todos los agentes pastorales, catequistas de la Zona Oeste, de mi parroquia y en especial a mi Comunidad de Corpus Christi. 

Agradezco a todos los que de una u otra manera me acompañan a servir a Jesús en cada hermano que sufre, porque todo se conoce, comparte, celebra y se sirve en comunidad, ellos representan el compromiso mayor que asumo hoy con este reconocimiento, que significa que tengo que seguir esforzándome y entregándome con más amor que nunca.


Para finalizar, Rosa hace hincapié en que como catequista, para poder anunciar y testimoniar al Señor, tuvo que tener un encuentro con Él:

   "El Kerygma, el anuncio bien dado y bien recibido, vive siempre en el corazón, conocer a ese Señor que nos ama es todo en la vida, nada lo supera, amar a Dios nos hace amar al hermano, al que me quiere y no me quiere. Soy feliz a pesar de todo lo que me ha deparado en la vida, porque en mi corazón no cabe el rencor, el odio, el resentimiento, solo el amor y mi agradecimiento a Dios es eterno". 






  
  

Departamento de Catequesis
Vicaría Episcopal para la Pastoral
Arzobispado de Santiago

Plaza de Armas 444, Santiago de Chile

Teléfono: (+562) 2768 5818

E-mail: catequistas@iglesiadesantiago.cl