En una reflexión conmovedora, el catequista Jorge Valdivieso resalta la poderosa lección del Evangelio de este domingo, cuestionando la disposición humana para sacrificar en comparación con el inmenso amor de Dios. ¿Estaríamos dispuestos a entregar a un hijo por desconocidos? En contraste, Dios ofrece a su único hijo para nuestra salvación, perdonándonos conociendo cada rincón de nuestro corazón.

Desde la zona sur de Santiago, el catequista Jorge Valdivieso compartió una profunda reflexión acerca del Evangelio de este domingo, dejando a los oyentes con una resonante pregunta sobre la magnitud del amor divino. ¿Seríamos capaces de sacrificar a nuestros seres queridos por el bien de otros, como sugiere el mensaje evangélico?

Valdivieso plantea la comparación entre la disposición humana para el sacrificio y el acto supremo de amor de Dios al enviar a su único hijo para redimirnos. La reflexión destaca la asombrosa realidad de que, a pesar de conocer nuestras debilidades y pecados, Dios elige salvarnos y perdonarnos por puro amor.

“Este Evangelio nos deja ese inmenso amor que tiene Dios por nosotros, ese inmenso cariño para seguir con nuestro servicio a la comunidad”, enfatiza Valdivieso. La idea de que Dios nos envía su luz para iluminar nuestro camino y su enseñanza para evitar la soledad resuena como un recordatorio constante de la incondicionalidad divina.

En un mundo marcado por la incertidumbre y la distancia emocional, estas reflexiones nos invitan a contemplar el amor divino como un faro que guía y sostiene, aun cuando somos conscientes de nuestras imperfecciones. Desde Santiago, Jorge Valdivieso nos desafía a abrazar este amor como inspiración para nuestro servicio a la comunidad, recordándonos que la entrega y el perdón son pilares fundamentales del mensaje evangélico.